Máxima y Letizia son dos reinas que comparten muchas cosas.Sobre todo el final de las vidas de sus hermanas queridas. Letizia enterró a Érika poco después de empezar su relación el, por aquel entonces, Príncipe Felipe. Máxima ha sufrido el mismo dolor hace solo unos días cuando tuvo que dar sepultura a los restos mortales de su hermana, Inés.
7Érika, la historia jamás contada
Cuando se supo que Letizia Ortiz iba a formar parte de la familia real empezó un exhaustivo análisis sobre los suyos. Sobre cómo han vivido los Ortiz-Rocasolano esta cuestión escribió un durísimo texto David Rocasolano. Quienes asistieron al entierro de Erika Ortiz recuerdan como el padre de su hija, Antonio Vigo, se encaró con el Rey Juan Carlos echándole en cara muchas cosas.
“Adiós, Princesa es la historia del choque de un gran tren expreso, los borbones, contra una caravana de gitanos, los Ortiz-Rocasolano. Nos han arrollado y ni siquiera se han preocupado de mirar hacia atrás. Érika está muerta y los demás nos hemos quedado solos y mutilados. Por eso escribo esto. Sé que la historia no tiene vuelta atrás. Pero esa historia, hasta ahora, solo ha sido contada de arriba abajo, con todo su glamour y su mentira. Ahora yo voy a contarla de abajo arriba. Desde lo que queda de aquella caravana destruida de gitanos. Advierto desde ya: no es una historia agradable”.
Y se borró de la foto
Existen grandes incógnitas sobre la muerte de Érika Ortiz Rocasolano. Nada indicaba que acabaría suicidándose dado que parecía estar en un buen momento. Había conseguido un buen trabajo como directora de arte en una importante productora, estaba enamorada y planeaba irse a vivir con su novio. Además, su relación con el padre de su hija era excelente. Sin embargo, un día decidió borrarse de la foto.
Tres semanas antes de su muerte, Érika telefoneó a su primo David y quedaron. Mantuvieron una charla en la que ella se mostró triste, frágil e insegura. El hecho de haber sido fotografiada junto a su novio, Roberto García, había despertado el interés en su persona y se encontraba perdida. “Me han dejado sola, David. Me siento sola”, expresó Érika Ortiz con mucho dolor. Cierto es que las cosas marchaban para ella pero no conseguía encontrar la tranquilidad interior que tanto necesitaba. Por otro lado, tenía que lidiar con las llamadas que su hermana Letizia le hacía para pedirle que mantuviera un perfil bajo.
La culpa fue…
El cuerpo sin vida de Erika fue encontrado en el domicilio que compartía con su única hija, Carla, el 7 de febrero de 2007. Aquella mañana, Jesús Ortiz se despertó y presintió que algo malo le había pasado a Erika. Tenían una relación muy especial. Fue la única de sus hijas que no le reprochó que quisiera separarse de su madre. Incluso llegó a hablar con Telma y Letizia para pedirles que depusieran la actitud hostil contra su progenitor.
La Casa Real no facilitó información al respecto del deceso de Érika Ortiz Rocasolano alegando que se trataba de un asunto privado que correspondía a la familia. Por más que se insistió que se trataba de la hermana de doña Letizia, los funcionarios de palacio no dieron su brazo a torcer. Con la distancia que da el tiempo, aquello era la avanzadilla de lo que ocurriría tiempo después, que se echaría la culpa a la prensa por su constante acoso a la hermana pequeña de la princesa. De ahí que doña Letizia diera alas a la absurda demanda que interpuso Telma contra una cincuentena de medios de comunicación que perdió en lo que puede considerarse todo un varapalo judicial. Y tras liarla parda, desapareció.