Alonso Caparrós no atraviesa un buen momento. Cada vez más sus apariciones en Sálvame se ven reducidas. No ha pasado desapercibido su nerviosismo en plató que se manifiesta mediante tics en el rostro. Estos hechos han alarmado a los más allegados del presentador, que están francamente preocupados, según ha podido saber Cotilleo. Así es la convulsa actualidad del comunicador.
5La ruina económica
Alonso Caparrós confió en su madre para que gestionara su carrera profesional. Ella era su manager en sus tiempos de mayor gloria profesional. Según explica el presentador, todos sus ingresos iban a parar a una empresa familiar en la que únicamente tenía firma para sacar su dinero. Alonso siempre ha querido dejar muy claro que su responsabilidad sobre la sociedad era nula: “Yo ni administraba, ni gestionaba ni tenía en absoluto conocimiento de nada. Mi madre era mi representante, y eso era una empresa familiar”.
La empresa en cuestión se cerró y años más tarde el colaborador de Sálvame recibió una notificación de Hacienda donde le comunicaban que debía 120.000 euros y también que “mi casa, mis cuentas, todo está absolutamente embargado. Cuando voy a Hacienda, descubro que la deuda viene de esa empresa. Para levantar los embargos y hacer un primer pago, vendí mi casa, con eso pagué una parte, quedaban unos 30.000 euros más por pagar”.
Alonso pidió a sus padres que le dejaran alojarse en una vivienda que tenían en Marbella. A los pocos días de estar allí, sus progenitores le comunicaron que tenía que marcharse porque habían vendido la casa. El dinero percibido por Andrés Caparrós y su mujer no lo utilizaron para pagar los 30.000 euros pendientes a Hacienda. Razón por la cual, Alonso manifiesta que no solo se quedó sin casa, sino que también tuvo que apechugar con la deuda reclamada por el Fisco.