La final de Supervivientes está al rojo vivo. Y es que tan solo faltan pocas semanas para que sepamos quien se proclamará vencedor del concurso, y por ende quien se hará con el tan ansiado premio: nada más y nada menos que 200.000 euros.
Con la final a la vuelta de la esquina, pues se celebrará el próximo 14 de junio, las apuestas están a la orden del día. Pues muchas son las caras televisivas que se han aventurado en decir quien sería su justo ganador. Por eso, desde Cotilleo.es, analizamos cuál es la actual situación de los concursantes, así como las estrategias presentes en la isla hondureña.
4Raquel Mosquera, todo superación
Muchos dicen que Mosquera se merece alzar con el tan ansiado premio de Supervivientes. Y es que si algo ha demostrado la peluquera durante su estancia en Honduras es que a constancia y superación no la gana nadie. Eso sí, también hay que destacar la importante labor del equipo médico del programa. Pues ellos son los encargados de que Raquel siga a raja tabla su tratamiento y mediación. Tratamiento que le es de especial ayuda en sus momentos más tensos. ¿Y es que cómo olvidar el duro enfrentamiento entre Mosquera y Romina, cuando la argentina terminó por tachar de «loca, pero re-loca» a la peluquera?
Pero más allá de sus trifulcas, Raquel también nos ha regalado grandes momentazos en Honduras. Recientemente ha robado a su compañero Logan toda su pesca. Pero no lo ha hecho con mala intención, sino que ha seguido las exigencias de la organización. Y es que robar hasta ocho peces a su compañero ha sido la recompensa que el programa le ha dado a la peluquera, tras encontrar uno de los amuletos que andaban perdidos por la isla.
Pero a su paso por los cayos, no solo ha robado peces. Sino que hace unas semanas la organización le dio el poder de robar todo lo que quisiese del campamento contrario y Raquel decidió marcarse un Cifuentes. Eso sí, motivada por el presentador del programa. Pues Jorge Javier le aconsejó que se llevara algo de crema solar para protegerse del sol y la peluquera le respondió: «bueno, venga, voy a coger una”.