Cotilleo.es ha tenido acceso al primer casting que Sofía Suescun y Maite Galdeano realizaron para poder entrar en Gran Hermano. Y, a juzgar por las imágenes, mucho ha llovido desde entonces. Pues nadie se podía imaginar que aquella madre e hija se convertirían, en cuestión de meses, en un potente e imparable tándem televiviso.
«Bueno yo soy Sofía tengo 18 años y soy de Pamplona». Así se presentaba la actual concursante de Supervivientes ante las cámaras de Gran Hermano. Una chica, aparentemente tímida, que afirmaba que «a día de hoy, soy lo que soy por mi madre porque me ha enseñado a vivir sola, a relacionarme con la gente y a sacar lo bueno de cada persona».
Sin embargo, su madre, Maite Galdeano, ya apuntaba maneras. Aunque, con el tiempo las ha ido perfeccionando. Y es que la que fuera conductora de autobuses llegó dispuesta a meterse a los miembros del casting de GH en el bolsillo. Pues no solo dijo que «me encanta dirigir mi vida y en el plano amoroso también disfruto a tope», sino que, ante el asombro de los allí presentes, confesó su deseo por ser «presidenta del Gobierno» porque «tengo mucha energía y cambiaría el mundo».
Y vaya si lo han cambiado. Con sus arrebatos dentro de la casa, Maite desquició a todos los allí presentes. Tanto es así que rogaban encarecidamente su expulsión. Y, una vez fuera de la casa, Maite aprovechó su tirón mediático para sentarse en todos los platós de Mediaset, desvelar sus secretos más escatológicos y hacer bailar (o llorar) a más de uno a ritmo de La papela del camión.
Mientras que Sofía, tras alzarse con el maletín en Gran Hermano y protagonizar un imposible romance con Suso Álvarez, se sentó como flamante tronista en MYHYV y arrasó. Tanto es así que el sevillano Hugo Paz no pudo sucumbir a sus encantos y se fueron felices y enamorados del programa. Aunque, muy a nuestro pesar, poco les duró el amor. Y es que Hugo le fue infiel a la de Pamplona con una camarera.
¿Y ahora? Pues ahora ambas siguen dando guerra. Y lo hacen gracias a otro reality: Supervivientes. Sofía es la encargada de revolucionar las aguas hondureñas a golpe de romances, reproches y discusiones. Mientras que «la Maite«, en tierra firme, está defendiendo a su hija como la que más y saca las uñas contra todo aquel que se lo haga pasar mal a su hija. Y eso bien lo saben los que fueran ex pareja de Sofía, como Alejandro Albalá y Hugo Paz.
Y es que si por algo destaca Gran Hermano, es por ser uno de los realities que ha revolucionado la televisión. A lo largo de sus dieciocho ediciones, muchas cosas les han ocurrido a los concursantes. Ha habido de todo, rosas y espinas. Cuando todo indica que no habrá Gh29, hacemos un repaso por los episodios más dolorosos sufridos por quienes fueron habitantes de la casa de Guadalix de la Sierra. Llegaron con una maleta cargada de ilusiones pero la suerte les fue esquiva. Hay quien se atreve a hablar de maldición.
2La felicidad dura poco
María José Galera entró en la primera edición de Gran Hermano dispuesta a arrasar. Aquella bella mujer encontró el amor en la casa junto a Jorge Berrocal. La pareja encandiló a la audiencia, siempre ávida de historias románticas. El hecho de que ella llevara varios fracasos sentimentales a sus espaldas y la enfermedad de una de sus hijas, la acercó todavía más al público. Sin embargo, poco dura la felicidad…
La revista Interviú publicó que la sevillana había ejercido la prostitución. Se trataba de un reportaje donde aparecían los testimonios de personas que habían trabajado con ella. Aquello provocó un escándalo de grandes proporciones. De hecho, María José había realizado un posado para la revista ¡HOLA! que iba a ocupar la portada y que fue retirado tras estallar el tsunami.
Años más tarde, y cuando nadie esperaba ver a Galera en Interviú dado lo que había pasado, se hizo el milagro y posó mostrando su lozanía. Por supuesto también habló del reportaje que le partió la vida en dos: “Sigo sin entender por qué salieron cosas de mi pasado solo por participar en un concurso. No tiene nada que ver lo que yo hice con el escándalo que se montó, me sentí acorralada. Si pudiera ir atrás y supiese que iba a pasar lo que pasó, no volvería a entrar en GH, porque me etiquetaron para toda la vida, [se le rompe la voz]. Todavía me emociono… esto no se puede superar”.