Don Felipe sabe que ha hecho demasiado caso de su esposa y que eso le ha pasado factura. La Reina Letizia tenía claro que sería ella quien marcaría el rumbo de la familia real. El Rey le dejó hacer y los años han demostrado que se equivocaron. El reinado de la pareja ha estado marcado por una política de apartheid en relación a los Reyes Eméritos y las infantas.
5El principio del fin de Letizia
Así como Botswana fue el principio del fin para don Juan Carlos, la última misa de Pascua celebrada en Palma significó lo mismo para doña Letizia. El hecho de que impidiera hasta en tres ocasiones la fotografía de doña Sofía y sus hijas la puso en el ojo del huracán. La gente lo tuvo claro y otorgó su apoyo a la Reina Emérita, dando de lado a esa nuera tan antipática, mandona y controladora.
Sin embargo, lo sucedido ha hecho que se tomen cartas en el asunto. La Reina, por decirlo de alguna manera, ha sido apartada del núcleo duro de palacio. Sus opiniones han visto reducidas drásticamente su peso. El hecho de haber “mostrado su verdadera cara”, tal como expresó Marie Chantal Miller, la ha puesto al borde del abismo.
Con su proceder, Letizia ha provocado una crisis de alta intensidad. Sin quererlo, ha demostrado que lo que se comentaba sobre su mala relación con doña Sofía y sus cuñadas era verdad. Ha quedado desnuda ante la opinión pública, que ha llegado a silbarla en una de sus apariciones públicas.