Entrar a formar parte de una Familia Real tiene ventajas pero también inconvenientes. Doña Letizia ha tenido que tragar con costumbres instauradas que no han sido de su agrado. Con algunas cuestiones no le ha quedado más remedio que acatar. Sin embargo, con la mayoría, ha conseguido imponer su criterio a medida que su posición de poder ha conseguido equilibrarse con la altura de sus tacones.
5Educación espartana
La educación de las infantas Leonor y Sofía es una cuestión que estaba diseñada de antemano. Sobre todo, en lo que hace referencia a la mayor de las hijas de los Reyes. El centro educativo donde estudian las pequeñas es el mismo al que fue su padre y sus tías, Elena y Cristina. Se trata de una institución privada que siempre ha estado muy en boga dado el estrecho vínculo con la Familia Real.
Doña Letizia no tuvo voz ni voto en la elección del colegio. Sin embargo, no pensaba dejar toda la cuestión de la educación en manos de los demás. A ella se le atribuye el cordón sanitario que se ha creado alrededor de Leonor y Sofía. Desde bien pequeñas, a las niñas les dijo que no podían contar nada de lo sucedido en casa. También se plantó en cuestión de fotografías. Apenas se han proporcionado imágenes de las pequeñas.
En cuanto a cómo discurre el tiempo libre de las infantas, señalan que es la Reina quien lo distribuye de forma muy estricta. La televisión no está permitida de lunes a viernes y cero chucherías. Desde bien pequeñas, la dieta de las infantas solo incluye alimentos que se encuentran dentro de lo considerado como saludable.
A diferencia de sus coetáneas, muy poco se conoce de la heredera. Algunas de las cosas que se han filtrado no se le ocurren ni al que asó la manteca, como decir que Leonor es aficionada al cine de Akira Kurosawa.
Vamos, que de ser cierto, alguien debería hablar con los Reyes para que tomaran medidas al respecto, pues no es el tipo de cine más indicado para una niña de su edad.
En caso de divorcio, tampoco podrá ser ella misma
Si Neue Post está en lo cierto, la vida de doña Letizia daría un giro importante. El tema económico lo tiene resuelto de por vida ya que está previsto que reciba una más que generosa asignación. En cuestión de vivienda, ningún problema. Tendría dos a su disposición, acondicionadas a su gusto y con el servicio necesario para atenderla. Sin embargo, en cuanto a la custodia de sus hijas, renunció en el mismo momento en que firmó las capitulaciones matrimoniales.
Según relató el primo de doña Letizia en su libro Adiós, Princesa, cuando la hoy Reina le llamó para tratar el asunto de las capitulaciones, le aconsejó que no las firmara: “Esto no son capitulaciones matrimoniales, Letizia. Este documento no es ni tan siquiera legal, al menos en algunos aspectos”. David Rocasolano hizo hincapié en la cuestión de la custodia de los futuros hijos de la pareja: “En un contrato privado, ni en uno público, se puede pactar la custodia de un menor sin pasar por un juzgado”.
La custodia de las hijas de Letizia y Felipe
En las familias reales, el asunto de las capitulaciones es algo innegociable, así se lo hizo saber don Felipe a doña Letizia: “Hay que firmarlas tal como están redactadas. No se puede cambiar ni una coma”. Visto lo visto, si el divorcio sucediera, podría empezar un Kramer versus Kramer. De todos es sabido la dedicación de la Reina a sus hijas. No puede pasar sin ellas. En este punto, no cede. Leonor y Sofía son cosa suya y de ahí que se ocupe y preocupe en estar el mayor tiempo posible con ellas.
La Reina es de aquellas madres que va al colegio a hablar con los profesores y se sienta con las infantas para hacer los deberes. De hecho, tanta dedicación ha llevado a algunos maledicentes a criticarla sin fundamento alguno. Ella lo tiene claro, madre antes que Reina. Por tanto, las las niñas son lo primero en su vida.
¿Cómo será al vida de Letizia?
La de doña Letizia no será ni mucho menos la vida de una alegre divorciada. Como madre de la heredera, debe ser ejemplar y parecerlo. Por tanto, si volviera a enamorarse, tendría complicado casarse. La suya sería una existencia de perfil bajo y solo aparecía en la foto oficial en caso de celebraciones relacionadas con sus hijas: bodas, bautizos, comuniones, graduaciones…
Al deja de pertenecer a la Familia Real, Letizia no tendría obligaciones de representación. En caso de que don Felipe necesitara acompañante para algún acto, esa misión recaería en su hermana Elena o bien en su madre. Aunque, visto lo visto, el Rey se desempeña muy bien solo. Desde muy joven, ha acudido a tomas de presidencia y otros actos de gran envergadura social para los que estaba aconsejado acudir acompañado y se ha desenvuelto muy bien en solitario.
Agenda pública de Don Felipe y Doña Letizia
Nada más matrimoniar con don Felipe, doña Letizia intentó tener agenda propia. Sin embargo, eso se desaconsejó en Zarzuela porque podría no ser entendido y tampoco bien recibido. La entonces Princesa de Asturias comprendió las explicaciones que le dieron, y como lo que realmente quería era trabajar por España, se puso al servicio de la Corona.
A excepción de algunos actos, los Reyes siempre van juntos. Esto ha hecho que doña Letizia esté comprometida con muchas causas sociales pero con ninguna en particular. Quizás, en caso de divorcio, podría involucrarse en proyectos humanitarios que fueran de su agrado. Eso sí, siempre con el visto bueno de la Casa Real.
No es la primera vez que se habla sobre la posible separación de los Reyes. Hace algún tiempo se comentó que la situación entre ellos era tan tensa que hasta don Juan Carlos le aconsejó a su hijo que se divorciara. Sin embargo, si hubo crisis, se fue por donde vino porque ellos ofrecen la imagen de una pareja feliz y enamorada. Además, como dijo doña Sofía cuando le preguntaron sobre peleas conyugales, “¿Quién no discute alguna vez con su marido?”.
Todo indica que Neue Post se ha hecho eco de un rumor que se disparó a raíz de la filtración de las imágenes donde se veía el desencuentro entre doña Letizia y doña Sofía. Según algunos, no fue casualidad que el vídeo fuera servido tal cual a los medios. Pero esto no es más que un runrún que tampoco debe tomarse como verdad absoluta.