Desde que en el 2004, Letizia Ortiz Rocasolano pronunciará las palabras «Si, quiero» delante de todos los españoles convirtiéndose oficialmente en parte de la monarquía española, siendo la mujer del heredero del trono: Felipe VI.
Los ojos curiosos y los objetivos de las cámaras se han ido convirtiendo poco a poco en su día a día, de la por entonces Princesa de Asturias. Ahora, tras casi catorce años se ha convertido en el objetivo número uno, es el eslabón de la Familia Real, al quién hay que analizar cada paso en falso o desacertado que da.
O eso al menos es lo que piensan algunas publicaciones.Desde sus vestimentas, hasta sus hábitos de su día a día. Sus «enemigos» se frotan las manos cuando la prensa utiliza sus palabras como un duro látigo. Pero esto ¿es justo para la reina?
2Letizia Ortiz: Todo bajo control
Como les acabamos de anunciar, la reina Letizia ha sido duramente criticada por el control que ejerce, públicamente, de sus hijas. No obstante, se han ido descubriendo pequeños datos que han ido dañando la imagen de la reina. Pasando de buena reina a manipuladora.
Siendo así, uno de los miembros de la familia que más incomprendidos se sienten.Es cierto, que algunos de sus actos (no vamos a recordar la misa de Pascua, pero seguro que todos la tienen en mente), no han sido demasiado acertados.
Independientemente de este gesto o el otro, debemos de recordar que ella, a diferencia de sus hijas, no ha sido educada para ser reina.No ha tenido una educación para saber que se debe o no hacer, que es bueno y que no.
Por tanto, es lógico que cometa unos errores que, en otras situaciones, pasarían totalmente desapercibidos.Por ello, no quiere que sus hijas comentan los mismos errores y para ello, cuenta con un factor muy importante. Ella sabe que sus hijas estarán expuestas continuamente.