Juan Carlos I jamás pensó en la posibilidad de que pudiera llegar este momento. Ya no hay vuelta atrás. De un tiempo a esta parte, el rey Emérito vive alejado de la Familia Real, del foco mediático, de los actos oficiales y de los eventos reales marcados por agenda.
Una vida de jubilado deluxe que en cierta manera indigna a gran parte de los ciudadanos de este país, teniendo en cuenta que su abdicación tiene como base fundamentada la cantidad de escándalos que Casa Real ha arrastrado en los últimos años.
4Ingrid Sartiau
En la década de los 50, el que fuera príncipe de España conoció en París a Liliane Sartiau. En aquel momento, se inició entre ellos una estrechísima amistad y diez años más tarde, Sartiau fue madre de una hija, Ingrid. Nadie podía sospechar del secreto que Liliane guardaba bajo siete llaves. Durante sus primeros años de vida, Ingrid soportó el apellido de su madre, aceptó la historia que su progenitora le había contado su supuesto padre. Sin embargo, un tiempo después, se armó de valor y con las pruebas pertinentes en la mano se personó en los juzgados españoles reclamando la paternidad del Rey de España.
En cambio, tal y como publica Amadeo Martínez Inglés, de nada sirvió que Ingrid acudiese a los Tribunales presentando entre otras pruebas, una de ADN que la emparentaba en un 99’9% con el rey Juan Carlos. En 2015, el Supremo tumbó su petición y se negó en rotundo a investigar el caso. Exactamente igual que Albert Solé, quien sostiene que nació fruto de una relación entre Maria Bach Ramon con el rey Juan Carlos, en 1956.
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