Es la presentadora de moda de Telecinco. Pero Paz Padilla no solo ejerce de maestra de ceremonias de Sálvame. La gaditana es mucho más. Triunfa en Mediaset dando vida a la Chusa en la desternillante La que se avecina y, desde hace unos meses, con su obra Desatadas que le ha llevado a visitar Málaga donde, en sus dos primeras funciones -tuvieron lugar el pasado sábado- se colgó el cartel de «no hay localidades». Un éxito que Paz sobrelleva con cautela y rodeada de los suyos.
Amante de su vida privada, son pocas las ocasiones en las que es posible verla desarrollándose lejos de las cámaras. Con su hija, la influencer Anna Padilla, Paz se apoya en su marido, Juan Vidal, para disfrutar de las mieles de la vida que ahora le ha tocado saborear. Así la descubrimos paseando por las calles de Málaga horas después de haber arrancado ovaciones y carcajadas durante su representación teatral.
Amor a raudales entre ellos
Las imágenes hablan por si solas. Besos, caricias y agarrados de la mano. Así se pasearon por las calles sin pensar que, al otro lado de la calle, los fotógrafos inmortalizaban el momento. Ataviada con una blusa negra y tejanos, Paz muestra ahora un look mucho más informal a cuando saltó a la fama contando chistes. Desde entonces, su carrera ha sido meteórica. Eso sí, está claro que su mayor logro es haber conseguido estabilizar su vida personal, tras un matrimonio fallido y una infancia cargada de penurias, tal y como ella confesó durante una entrevista con Bertin Osborne en Mi casa es la tuya.