La vida de Bertín Osborne dio un vuelco cuando nació su hijo Kike afectado por una enfermedad que le impedía desarrollarse correctamente. Nadie está preparado para algo así. Lejos de caer en el desánimo, tanto el artista como su mujer se emplearon a fondo para encontrar una solución. Hacemos un repaso por los momentos que más huella han dejado en el jerezano y que hacen que, últimamente, se muestre más apesadumbrado y triste que como nos tiene acostumbrado.
La muerte de su primera mujer, Sandra, y de su madre, marcaron a fuego a Bertín Osborne. Ambas se fueron de este mundo por culpa de la misma enfermedad. El artista era muy joven cuando se casó con Sandra. Tuvieron cuatro hijos. El primero de ellos, un niño, falleció al poco tiempo de su nacimiento debido a una malformación en el hígado. Después llegarían Alejandra, Eugenia y Claudia.
Aunque amaba profundamente a su esposa, Bertín no pudo evitar serle infiel en diferentes ocasiones: “Le pedí perdón una y mil veces”. El cantante está convencido de que si no hubiera sido tan joven cuando se unió a ella, hubieran permanecido unidos. Por más que pasan los años, el recuerdo de Sandra sigue muy presente en él. Aunque se divorciaron, siempre mantuvieron una excelente relación. Al principio no fue fácil pero ambos pusieron de su parte y consiguieron encontrar el equilibrio por el bien de sus tres hijas en común.
Hace años que Bertín ha encontrado la estabilidad con Fabiola. Tienen dos hijos, Kike y Carlos. El nacimiento de Kike cambió el mundo del cantante y su esposa. Los médicos les dijeron que aquel bebé era un vegetal, sin capacidad de movimiento, habla, escucha y visión. Aquello fue un golpe muy duro. Los primeros días de vida de Kike fueron muy complicados para la pareja. Posteriormente, se pusieron manos a la obra para encontrar alguna esperanza para su hijo. Y lo consiguieron.
En la actualidad, Bertín Osborne no esconde que el futuro de Kike le preocupa. Así lo ha expresado: “Por ley de vida Fabiola y yo nos tenemos que ir antes y me mata que Kike no tenga una vida feliz cuando no estemos. Por eso trabajo como un auténtico burro. Su futuro es lo único que me quita el sueño, no el de mis otros hijos, que van a estar bien, porque son inteligentes. Pero a Kike debemos ayudarle”.
Bertín ha triunfado plenamente en televisión. Ya en sus inicios, los críticos alabaron su forma desenfadada y natural ante las cámaras. Es esa cercanía la que hace que sus invitados se abran en canal y desnuden su corazón. En TVE, el artista arrasó. Esas cifras de audiencia fueron las que llevaron a otras cadenas a llamar a su puerta. Estuvo entre Antena 3 y Telecinco y, al final, se decidió por la segunda.
Aunque ha renovado con la cadena que dirige Paolo Vasile, Mi casa es la tuya no acaba de asentarse en cuanto a share y eso ha hecho que el programa se haya cambiado de día. El propio Bertín ha manifestado su malestar con este vaivén parrillero. Esta faceta la compagina con la de cantante, su auténtica pasión. Si pudiera, se dedicaría al country, un estilo musical que adora, pero como él mismo dijo en su día, eso sería un fracaso porque el público adora ese estilo que le ha hecho famoso.
En los últimos tiempos, los negocios no funcionan para Bertín. Ha tenido serios problemas con los franquiciados de El rincón de Bertín, que han amenazado con sentarle en el banquillo si no les devuelven el dinero que invirtieron. Según ellos, Osborne no cumplió con el apoyo presencial que prometió, además de incumplir otras cláusulas. Aseguran que ciertos puntos no están en regla. El asunto sigue su curso judicial.
El tsunami que desató El rincón de Bertín alcanzó su punto álgido cuando desde EconomíaDigital publicaron que el artista había hundido el negocio a propósito: “Las cuentas de El Rincón de Bertín señalan que el cantante ocasionó graves pérdidas por su inactividad hasta el punto de llevar a la firma de Valladolid a tener fondos propios negativos (quiebra), situación que se intentó salvar a través de la aportación extraordinaria de dinero por parte de los socios”.
Bertín lo pasó fatal cuando su hija mayor anunció su separación matrimonial. Estaba muy unido a Joaquín, al que consideraba como un hermano pequeño, de ahí el impacto que le produjo la noticia. Al ser preguntado por la cuestión, se mostró visiblemente emocionado y apeló a que, quizás, el tiempo arreglara la situación. Por su parte, Fabiola expresó al respecto: “La separación de Alejandra nos ha marcado”.
Cuando se conoció la separación, Alejandra prefirió callar. Un tiempo después, debido al interés que la cuestión había despertado, expresó: “Será un divorcio sin peleas ni juzgados. No quiero hablar sobre este asunto pero solo diré que estamos muy bien los dos”. La conexión entre Bertín y su hija mayor es mucha. Se llevan a la perfección, además de entenderse y apoyarse.