La revista Diez Minutos publica en su edición de esta semana unas fotografías del encuentro entre Francisco Rivera y Eugenia Martínez de Irujo en la Feria de Abril. Unas instantáneas que, según la publicación, sirven para demostrar la tensión que existe entre ellos. Las mismas imágenes, en cambio, son anunciadas en otras revistas como el reflejo o síntoma de que las aguas bajan tranquilas entre ellos. Sin embargo, la revista que dirige Vicente Sánchez incide en que su relación es tan mala que, incluso, entrecomilla una supuesta conversación entre los protagonistas, cargada de reproches y de evidente hilaridad.
Nada ocurrió entre ellos. La cacareada charla entre ellos no se produjo ni en formas ni en términos. Más bien parece un guión cinematográfico en el que, lo menos importante, es que se ajuste a la realidad. Eugenia y Francisco tienen, desde hace tiempo, una relación cordial por el bien de su hija Cayetana. Las asperezas surgidas en tiempos pasados son ahora solo un recuerdo y, por supuesto, tienen conversaciones puntuales dirigidas a la formación de su hija.
Negación directa y sin medias tintas
Francisco no oculta su enfado. Está cansado de que, sobre él, se expliquen medias verdades, mentiras o inventos: «No fue así como se ha contado. Nos saludamos perfectamente. Eugenia se enfadó por toda la prensa que estaba allí en ese preciso momento», me confiesa al otro lado del teléfono. Es uno de los desmentidos más contundentes del matador y, en efecto, suficiente para entender que lo publicado es una fábula difícil de entender.