María Lapiedra sigue siendo noticia desde que decidiera abandonar Supervivientes porque, según los maledicientes, pensaba ganar más dinero en España que en Honduras. En su primera aparición pública, María se excusó ante las críticas que tachaban de estafa su concurso con un sorprendente desdoblamiento de la personalidad, aduciendo que su alter ego es aburrido y monótono: «Así es María Pascual, es la que habéis visto en la isla».
Sin embargo, la verdadera personalidad de Lapiedra se hizo evidente el día en el que se enfrentó telefónicamente a una periodista de El Español. Ocurrió el 21 de octubre de 2016 después de que el periódico de Pedro Jota explicara el malestar de algunos padres del colegio en el que estudia la hija de la ex actriz porno porque consideraban perjudicial que María, acostumbrada a desnudarse en televisión, pudiera estar relacionada con el centro.
Amenazas que atentaban contra la seguridad de la periodista
La información encolerizó a Lapiedra que, lejos de intentar aportar otra visión sobre lo sucedido, optó por arremeter contra la periodista a través de hilarantes mensajes de texto: «hija de puta es la palabra», «te pegaría si te tuviera delante ahora mismo», «como expulsen a mi hija por tu culpa te juro que te busco y te mato», «un amigo mío es policía y ya me ha dicho tu dirección», «nos vemos en tu casa y hablamos cara a cara». No solo eso, sino que publicó varios tuits llamando «pésima periodista» y «prostituta» a la autora de la información.
La dureza de las amenazas hizo que la periodista tuviera que pedir amparo a los Mossos d’Esquadra quienes mandaron una patrulla a su domicilio para acompañarla. Tras reconocer los hechos, el juez condenó a la actriz a «tres euros diarios, lo que da un total de 90 euros, con 15 días de responsabilidad personal subsidiaria, declarando de oficio los costes del presente juicio».