La familia de Chiquete está completamente desmembrada desde que Carmen Gahona tomara el mando. Todo saltó por los aires cuando falleció doña Manuela Pantoja, madre del cantante. A finales del año pasado, sufrió un ictus y tras recibir el alta decidió seguir en su casa de Sevilla, un tercer piso sin ascensor que no le impedía hacer su rutina diaria. Le gustaba salir para hacer la compra y hablar con la gente del barrio. Sin embargo, el artista decidió que fuera a vivir con él a Carmona, donde reside desde que se uniera a Carmen Gahona.
Manuela Pantoja siempre tuvo claro que su casa sería para su nieto Antonio cuando ella se fuera de este mundo. Estaban muy unidos y se veían los fines de semana. Algo que la madre del artista agradecía ya que pasaba muchos ratos sola. Pues bien, según explica a Cotilleo José María García, amigo de Chiquetete: “No se han cumplido los deseos de Manuela y el piso ha ido a parar a manos de Carmen Gahona”.
Según José María, “La venta se realizó en enero de este año por un importe de 6.000 euros, el mínimo obligatorio catastral. Carmen le dijo a Manuela que iban a hacerlo así porque, dada su edad, ya no podía seguir viviendo en un edificio sin ascensor y que le comprarían una planta baja”. Sin embargo, la nueva propiedad no llegó a adquirirse dado que la madre de Chiquetete falleció el pasado 13 de febrero.
Lo cierto es que a doña Manuela le hacía mucha ilusión la posibilidad de instalarse en una planta baja: “La verdad es que Manuela era reacia a irse a Carmona con Gahona y su hijo. Sin embargo, le dijeron que volvería pronto a Sevilla, y que cuando eso sucediera, podría ocupar su nueva casa. Por lo que yo sé, nunca hubo intención de comprar la planta baja ni se hizo gestión alguna al respecto”, afirma José María García.
De cómo convenció Gahona a Chiquetete para que el piso de su madre fuera a su nombre, sabe mucho José María: “A Antonio le vendió la moto de que ella tenía que ser la propietaria porque, en caso contrario, el piso podría ir a parar a manos de Raquel Bollo. Ante esto, Chiquete calló y aceptó. Hizo lo de siempre, esconder la cabeza debajo del ala. Y no es mala persona, lo que pasa es que Carmen le tiene comida la moral y no se atreve a llevarle la contraria.”
En diferentes ocasiones, Manuela Pantoja manifestó su deseo de que su casa fuera para su nieto mayor: “Cuando eso ocurría, Carmen aparecía y le quitaba la idea de la cabeza a su suegra. En modo alguno quería que el piso fuera a parar a manos de Antonio. La verdad es que las cosas han salido como las tenía planeadas”, sentencia José María.
Totalmente desunidos
En estos momentos, el clan de Chiquetete está completamente desunido. De los tres hijos que tuvo con Amparo Cazalla, solo mantiene relación con Fran, que es guitarrista y trabaja con él. Con Rocío y Antonio, silencio absoluto. De hecho, ambos se han dado cuenta de que su padre tiene mucha culpa de lo que ha pasado porque jamás ha sacado la cara por ellos: “Y tienen razón, la verdad. Lo que no sé es como Antonio ha dejado que las cosas llegaran a este punto. Porque es cierto que Carmen tiene un carácter dominante pero él no es ningún niño y podría haberse impuesto”, opina José María García.
En cuestión de plantarse, Antonio solo lo hace en temas que afectan a Gahona. Ocurrió cuando su hija Rocío acudió al Deluxe, que la telefoneó para advertirle que no se pasara: “La verdad es que ella quería contar más cosas pero se vino abajo temerosa de Carmen y su padre tomaran represalias contra ella. Está cansada de broncas y espectáculos. Lleva mucho pasado desde que Carmen apareciera en su vida”, afirma José María.
Una relación muy cuestionada
La sombra de que el amor no es lo que sustenta la relación entre Chiquetete y Carmen Gahona siempre ha estado latente: “Cuando el río suena, agua lleva. He pasado mucho tiempo con Antonio y me ha contado cosas. Una vez, me dijo que su deseo era volver con Amparo (su ex esposa) porque era la mujer de su vida”. Entonces, si esto es así, ¿qué le ata a la Gahona? Al respecto, José María Díaz hace una impactante revelación: “Mira, una vez fui testigo de algo que él le dijo a ella: ‘¿Hasta cuándo voy a tener que seguir pagándote el favor, Carmen?’ ¿Me puedes decir hasta cuándo voy a tener que continuar aguantando y agradeciendo lo que hiciste? Porque ya no puedo más. Estoy cansado de vivir así”. Sin duda, sorprendente y hasta clarificador.