Felipe VI no puede más. La última semana ha sido de alto voltaje en su casa, y no ha tenido ni un solo minuto en el que poder desconectar de la enorme crisis institucional que se ha creado en torno a la Casa Real. El Rey, cansado ya de todo esto, ha conseguido encontrar la salida a todo el embrollo, aunque para ello se haya tenido que morder la lengua en muchísimas ocasiones en tan solo una semana.
4El momento ideal para solucionarlo
El problema que había salido a la luz no era institucional en cuanto a la Casa Real se refiere, sino sobre todo familiar. Por lo tanto, habría que aprovechar otro momento de dicha índole para solucionarlo. Parece que el calendario se lo habían organizado expresamente para ello, ya que el sábado conocíamos la noticia de que el rey Juan Carlos I se sometía a la intervención que tenía programada. Y era la ocasión perfecta para organizar el reencuentro idílico.
Una ocasión así no se les presenta todos los días, y podía ser el momento perfecto para conseguir recuperar la imagen de familia idílica y feliz ante las cámaras. De hecho, lo consiguieron, aunque si que hubieron personas que se dieron cuenta de un pequeño detalle que demostraba que todo aquello era, en realidad, fingido.