En los últimos meses, hay un silencio sepulcral en la casa de Shakira y Piqué. Parece que ninguno de los dos, ni siquiera, se cruza por los pasillos. No hablan nada, en medio de un silencio absoluto, que puede estar a punto de acabar en un estallido de ruido de los medios, cuando se confirme lo que parece inevitable ya: la ruptura oficial de la pareja.