Este fin de semana Sara Montiel hubiera cumplido 90 años. Se fue de este mundo un día de abril hace casi cinco años. Su cuerpo no pudo más y murió de repente en su casa de Madrid. Fue un final triste para una gran artista del siglo XX. Era una de esas mujeres que allí donde iba destacaba.
No tuvo suerte en el amor y tampoco pudo disfrutar de la familia que desearía. A día de hoy, su herencia ha sido una de las más polémicas que se conocen. La artista había cosechado un sinfín de éxitos que le sirvieron para comprar todo lo material a su alcance. Las joyas eran una de sus perdiciones. ¿Qué habrá sido de su colección privada?
5El collar de Anthony
Uno de maridos de Sara, Anthony Mann le regaló en sus primeros años de convivencia una de las piezas estrella de su joyero. Se trataba de un collar que era realmente maravilloso y que consiguió enamorar aún más a Sara. Estaba hecho de brillantes como símbolo inconfundible del amor eterno.
El amor por las joyas parece que fue una constante para Sara, que siempre intentó llevarlas consigo. Sus apariciones publicas tenían como protagonistas esos looks imposibles repletos de lujo y de brillos. Era la Sara Montiel más auténtica que lloraba con algunas de las piezas que tenía por lo que representaban.