Puede que se hayan escrito océanos de tinta negra sobre la figura de Letizia. Redacciones alrededor del mundo «tocan el piano» con vehemencia siempre que la esposa de Felipe VI hace acto de presencia. Pero jamás habíamos reparado en esto.
Con suma destreza y discernimiento, la gaditana Ana Romero despliega y divide en su libro ‘El rey ante el espejo’ las cuatro etapas clave de la vida de Letizia desde que el miembro de la familia real.
3Letizia y el camino a la perfección
Tras la llegada de sus hijas y con ello, el hecho de sentirse absolutamente plena en lo personal, empieza el cambio de Letizia en lo que corresponde al físico. La operación de nariz y mentón supuso el principio del fin de aquella mujer campechana. Un rostro hierático, una nariz recta y unos músculos bloqueados faciales por unos pinchazos de bótox. Artificios que no hacen más que desvirtuar la imagen de aquel miembro de la familia real que era tan Borbón sin serlo.
Esta tercera etapa, que Ana Romero fecha desde 2008 a 2014, Letizia empieza a obsesionarse con el control de físico, de su vida y de todo lo que sucede en Casa Real. Sabe perfectamente que la monarquía no atraviesa buenos tiempos y que tiene mucha tarea pendiente. En 2011 salta el caso Nóos con sus cuñados como imputados, en 2012, por si fuera poco, la caída del rey en Botsuana y el descubrimiento oficial de Corinna. La institución se desmoronaba ante sus ojos y, ella, desde luego, no estaba dispuesta.