La tenista Arantxa Sánchez Vicario está disputando el peor partido de su vida. En el aspecto profesional ha sido una deportista que ha disfrutado de muchos éxitos y victorias. En el terreno personal sus triunfos se convirtieron en lágrimas y su vida familiar se vino abajo.
Arantxa lo dejó todo por el amor de su vida, el padre de sus dos hijos. Perdió hasta la relación con su familia directa y se mudó a miles de kilómetros de la que había sido tu casa. En toda relación de pareja hay sus más y sus menos, pero en la de Arantxa las sombras se han instalado para no marcharse.
6Sus padres no querían a ese hombre
Los padres de Arantxa Sánchez Vicario no querían a Josep para su hija. La tenista les anunció al mismo tiempo que se casaba y además estaba embarazada. Como buenos progenitores encargaron a una agencia de detectives un estudio completo sobre la figura de Josep Santacana. Ese hombre había robado el corazón de su millonaria hija.
Pagaron 100.000 euros para tener ese informe encima de la mesa y abrirle los ojos a Arantxa Sánchez Vicario. Josep no tenía trabajo ni bienes y solo arrastraba deudas. Enfadada con sus padres y enamorada, Arantxa sacó su talonario, saldó todas las deudas del que sería su marido y se marchó muy lejos.