La infanta Cristina y Urdangarin disfrutan del que probablemente sea su último día de San Valentín juntos, a la espera de la sentencia del caso Noós. Son una pareja que parece indestructible. Contra viento y marea han aguantado todas las tempestades posibles. Apartados de su familia y la Casa Real, viven en el exilio de lujo suizo.
Barcelona, Washington y Ginebra han sido sus nidos de amor, fuera de Casa Real. Hay mucha unión en esta familia, muchas noches en vela que nunca se han desvelado y una adicción que podría ser terrible. Los secretos de alcoba de la infanta Cristina y Urdangarin son tan escandalosos que puedes hacer sonrojarse a toda la Casa Real española.
6Escuchando a Miguel Bosé
En la oficina los dos enamorados escuchaban canciones de Miguel Bosé mientras fantaseaban con sus encuentros furtivos. Puede que fuera la de ‘Amante Bandido’ una canción que le pega mucho a Urdangarín. Mientras, buscaban la manera de poder encontrarse para no desatar sospechas. Un viaje repentino a Paris consolidó su relación.
Allí, sucedió algo más que palabras. Después parece que se enfrío bastante la relación. «Espero que pase la tormenta y quedamos para lo que quieras. Ya sabes que aunque haya poco tiempo siempre habrá un hueco para ti». Urdangarin insistía que aunque sabía que los vigilaban, quería ver de nuevo a su amada.