El pasado sábado, otro miembro del universo ‘Sálvame’ se sentaba en ‘Deluxe’ para confesar el Calvario de sus adicciones. El programa revelaba su identidad in extremis, y es que, no es la primera vez que señalan a Jordi Martín como una persona con hábitos no muy recomendables. La primera en lanzar la bala fue María Lapiedra, que le espetó hace un par de semanas que «por lo menos ella no había estado interna donde había estado él», haciendo alusión directa a un centro de desintoxicación.
Un golpe bajo, absolutamente fuera de lugar, pero que hizo pensar a Jordi que, o lo contaba él (y facturaba) o acabaría filtrándose, pese a lo ilegal del caso. Sea como fuere, una insinuación en estas instancias es una afirmación.
1Jordi Martín hace su confesión con sincera
Con la cabeza gacha, el rabo entre las piernas y un tono más pacífico y conciliador de lo habitual, Martín imploraba piedad, perdón y demandaba un hueco en el plató del programa vespertino de Telecinco. «El sueño de cualquier persona que se dedique a esto es trabajar en ‘Sálvame'», comentaba. Aprovechó la ocasión para volver a pedir disculpar a todos aquellos colaboradores a los que les había hecho sufrir con sus amenazas. Unas disculpas que a la mayoría de ellos ya no les sirve.
Jordi Martín confesaba su secreto más íntimo en una entrevista de cuarta silla condensada en quince minutos. Además, hasta en la posición de víctima salió escaldado, pues su ex amigo y compañero de profesión, Gustavo González, desde otra sala, le recordó que tendrá que demostrar en un juzgado todo lo que había dicho sobre él y sobre su pareja, Maria Lapiedra. Pero el fotógrafo no tuvo reparos en hablar de cuánto consumía y cómo empezó todo…