Carlota Corredera es una de las presentadoras que está empezando a despuntar en algunos programas. Odiada y querida, siempre se ha mostrado como una mujer real sometida a los cánones de belleza actuales. Cuando vimos por primera vez la cara de Carlota en televisión, era una mujer bastante esbelta.
Tras dar a luz a su hija Alba, un problema de salud hizo que cogiese peso de forma masiva e imparable. Se armó de valor y emprendió una dura batalla contra su sobrepeso. Según dice su entorno, Corredera tenía muy claro que detrás de esa carga venía su salud. Sus problemas no era solo estéticos, sino que también tenían un fondo muy evidente relacionado con su salud más inmediata. La Carlota madre no dudó en hacer lo que sea por el bien de su familia.
3Paso 3: Liposucción
Y no precisamente en ese orden. Ha sido la propia Carlota Corredera quien tras todo el revuelo armado por la confesión de su liposucción ha afirmado que: «En 2010, me subí el pecho gracias a una mastopexia y después me hice una lipoescultura. Nunca he ocultado que pasé hace 8 años por quirófano: lo he comentado en varias ocasiones en la tele y está contado al detalle en mi libro “Tú también puedes”.
«El pasado viernes acudí a un evento y, conté nuevamente, ante las preguntas de los compañeros de las agencias acerca de las posibles operaciones de estética a las que se someterían Las Campos mi experiencia con este tipo de intervenciones. Días después me encuentro titulares tremendos y comentarios en las redes dudando y cuestionando mi relato de pérdida de peso y recuperación de mi salud», relataba en su Instagram. Y continuaba diciendo: «Cuando di a luz pesaba 65 kilos más que ahora. Cuando nació mi hija poco rastro quedaba, por desgracia, de mi mastopexia y de la lipoescultura. Todo lo que he conseguido me lo he currado mucho, cuidando mi alimentación, haciendo ejercicio y sacrificándome durante muchos meses, aún lo hago hoy para mantenerme. […] No suelo entrar en estos debates y polémicas que me envuelven tan a menudo pero con la salud no se juega«.