Isabel Preysler es una mujer que siempre ha sentido especial predilección en seguir los dictámenes de su corazón. Enamoradiza al máximo, durante los últimos años está viviendo un amor maduro al lado de su premio Nobel particular, Mario Vargas Llosa. Tal y como todos sabemos, antes de iniciar su relación con el peruano, Isabel Preysler estuvo casada con el exministro Miguel Boyer, hasta su muerte.
Desde el fallecimiento de Boyer en 2014 se encuentra esperando una herencia que no termina de estar del todo clara. La reina de corazones tiene mucho amor para dar, pero siempre esperando esa recompensa en forma de compensación económica. Una viuda que todavía no ha cerrado una de las puertas más polémicas de este país, la herencia del hombre con el que estuvo casada más de 25 años.
5Isabel Preysler y la legítima
A Isabel Preysler, en calidad de viuda, le corresponde (como mínimo) el usufructo del tercio de la mejora. Es decir, vive y recibe unos ingresos que en realidad son para sus hijos. Eso sucederá siempre que ella alegue que lo necesite o hasta su fallecimiento. En el momento que esto ocurra deberá ser repartido entre ellos.
En el registro de la propiedad, uno de los elementos más importantes del patrimonio Boyer, ‘Villa Meona’, tiene una única dueña. Isabel Preysler consta como ama y señora de la casa a través de una compraventa realizada el 7 de junio de 1988. Una de las jugadas maestras de la filipina cuando estaba casada con el exministro.