Cuando creíamos que Pedro Sánchez era el Adonis de la política, llega Cataluña y nos abruma con nuevas lecciones en la cara. Ejemplo: Roger Torrent. En estos últimos meses, la reivindicación de la independencia de la región española ha copado las portadas de los periódicos no solo en el ámbito patrio sino también en el internacional.
Desde el pasado 1 de octubre, con el referéndum ilegal, en tierras catalanas se vive un clima de tensión: el president de la Generalitat huido de la justicia, siete consejeros del gobierno en prisión por delitos de rebelión, sedición, conspiración y malversación. Toda una trama política, un despropósito, que acabó con la intervención del gobierno central y la convocatoria de nuevas elecciones. ¿El resultado?
4Su cambio radical
La elección del nou president del Parlamento catalán es sin lugar a duda una de las noticias de la semana. La constitución del hemiciclo con una nueva cara visible es un hecho que devuelve, en cierta medida, el equilibrio a una región azotada por las salidas de tono de un govern político que no ha respondido, en mayor ni menor medida, a las peticiones de los ciudadanos.
Los medios de comunicación, además, han hecho un perfil claro de Roger Torrent: es el presente del independentismo catalán, alguien cuya cara era conocida pero que sorprende no solo por su tremenda bajada de peso sino por su absoluto cambio de look. De joven imberbe y con gafas de visto, a look con barba, algo de tupé y un rollo hípster, muy de la onda catalonian 2.0.