Bertín Osborne vuelve a estar señalado por la justicia. Además de ser un cantante y presentador de éxito, también se decantó por crear algunos negocios empresariales que rara vez le han salido bien. Su faceta como empresario le ha llevado a crear su propia franquicia. El auge de este tipo de modelos empresariales y los suculentos beneficios que parecen generar llevaron a Bertín a lanzarse a la piscina.
Cuando uno no está del todo preparado para emprender un negocio desconocido es mejor no hacerlo. Bertín tenía en ‘El rincón de Bertín’ una manera de darse a conocer en el mundo de las tapas y de las cañas low-cost. Un sector con una enrome competencia que al parecer ha acabado con las esperanzas de ganar dinero del artista. Sus franquiciados exigen una compensación económica por los puntos del contrato que se han incumplido de forma reiterada hasta la fecha.
5 El IRPF se paga
Las actividades artísticas de Bertín Osborne estuvieron al margen del IRPF durante algunos años. Teniendo en cuenta que fueron los de su mayor esplendor como cantante el ahorro que realizó Bertín por no contribuir a las arcas del estado fue considerable. En el momento en que se le requirieron los pagos Osborne intentó hacer lo posible para no pagar al fisco.
Cambió de nombre todas las propiedades en España y declaró que no tenía recursos en este país. Una manera de intentar evadir impuestos, pero no terminó de salirle del todo bien. Las artimañas del artista las conoce muy bien Hacienda, que está atenta a todas las idas y venidas de este tipo de personajes.