No es ningún secreto que Jaime Peñafiel sea uno de los azotes más fuertes de la reina Letizia desde que aquella avezada periodista pusiera los ojos en el príncipe de Asturias y su par de tacones en el palacio de la Zarzuela. Zapatos que, por otra parte, bien le valió un libro en el mercado precisamente a este escritor.
Desde aquel entones, el excompañero de profesión de Letizia ha fustigado todos y cada unos de los movimientos de divorciada, atea, republicana y «mandona», como él mismo la ha calificado. Quizá sea ese uno de los calificativos más suaves que le ha regalado, de ahí que en un encuentro público con la entonces princesa de Asturias, reaccionase de una forma que Peñafiel no logró encajar.
4El poema de Peñafiel
Entre risas, Jaime Peñafiel cuenta que tuvo la serenidad de responder de una forma que la nuera de Juan Carlos jamás habría sospechado: «mira, Letizia, te voy a recitar un poema, que a lo mejor, tú que eres tan culta, conoces». La entonces futura reina de España no daba crédito ante la reacción del periodista, y con las mismas, calló y escuchó a Peñafiel recitar las siguientes líneas del poeta sevillano, Gutierre de Cetina:
«Ojos claros, serenos, si de un dulce mirar sois alabados, ¿por qué, si me miráis, miráis airados?«, «¡Yo no estoy airada! ¡Ni cabreada!», respondió, tajante, Letizia, interrumpiendo las últimas sílabas del poema que le quiso brindar Peñafiel en aquel momento. Según el autor de ‘Los tacones de Letizia’, la reina es una caja llena de sorpresas, es imprevisible, indómita y lo que es peor para ella, para la Monarquía y para los españoles: «nunca se sabe por dónde va a salir».
A partir del minuto 27:10, el comentarista lo relata con sus propias palabras.
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