Letizia Ortiz tiene un estigma. ‘Divorciada’, ‘atea’ y ‘republicana’ son tan solo algunos de los adjetivos con los que el sector más purista de la sociedad quiso desprestigiar la figura de Letizia como inminente princesa de Asturias y hoy como Reina de España.
Es altamente complicado tener controlado a todo tu entorno, especialmente a estos niveles dinásticos y reales. Es muy difícil intentar callar las bocas de quienes han formado parte activa de tu vida íntima. A fin de cuentas, también es la suya. De quien Letizia no esperaba en ningún caso recibir esta serie de acusaciones es de parte de su primo hermano, el que fuera su abogado y confidente, David Rocasolano. Además, plasmado en un libro (‘Adiós, Princesa – 2013), una obra que perdurará por los siglos de siglos, haya o no continuidad Borbónica.
4El golpe final a la Reina Letizia
David Rocasolano estimó oportuno señalar a Casa Real, en general, como ‘responsable de forma omisiva‘ de la muerte de su prima Érika: «Su muerte tiene relación con las circunstancias posteriores a la boda de mi prima Letizia y a la condición por la cual se convierte en princesa de Asturias, además de a las circunstancias que rodean todo ese entorno. Si estamos enjuiciando si tiene relación exactamente con el hecho de la boda, ninguno».
«Yo no achaco responsabilidad directa a la Casa Real sobre el fallecimiento de mi prima pero de manera omisiva sí puedo asegurar que esa omisión sí que pudo producir o fue uno de los factores por los que mi prima Érika tomó aquella decisión. Lo digo así. Yo quería a Érika. Para mí fue un golpe serio», relató David con la voz entrecortada.