Javier Santos (o Julito), saltó a la fama por tramitar una demanda de paternidad contra el uno de nuestros cantantes más internacionales, Julio Iglesias. Su madre, una bailarina portuguesa que formó parte de su séquito hace unas cuantas décadas. Su padre, todavía por determinar, aunque con un sinfín de pruebas objetivas y un parecido más que evidente.
No le molesta que le llamen Julito, pero sí que hayan estado toda una vida ignorándole. El dinero que pide como compensación por estos años de ausencia nunca acabará con la soledad de tu corazón.