La primera edición de Operación Triunfo dio como resultado un grupo de concursantes preparados (¿o no?) para acariciar el éxito. Entre ellos se encontraba Álex Casademunt, un joven catalán con ansias de convertirse en toda una estrella y con cualidades de sobra para hacerlo.
Rubio, ojos azules, simpático y con una voz especial, se puso al mismo nivel que su compañero y amigo Bustamante, el tercer finalista. Después de unos cuantos dúos, peleas y unos cuantos años de desengaños, Casademunt se sincera.