Hace exactamente un año, Aída Nizar junto a unos amigos, disfrutaban de unas jornadas de descanso y desconexión en Sierra Nevada (Granada). En uno de esos días, concretamente el 8 de enero, a su vuelta al hotel desde las pistas de esquí, la exconcursante de ‘Gran Hermano VIP’ y sus acompañantes se percataron de que habían sido sustraídos 164.510 euros que tenían a buen recaudo en metálico dentro de una caja fuerte.
En aquel momento, en un comprensible estado de nervios, tanto Nízar como sus amigos acudieron a recepción a pedir responsabilidades. Fue precisamente ese mismo día, cuando lograron averiguar que había sido un empleado, el jefe de mantenimiento, quien había hurtado el dinero, según la propia Nízar «164.510 euros. Y las consecuencias por su acto delictivo han sido brutales para todos. Tan solo hace unas semanas se ha recuperado el dinero tras demostrar que su procedencia era completamente legal», nos manifiesta en exclusiva. Tras admitir los hechos, el empleado del hotel devolvió el dinero. Aída Nizar nos informa, y se muestra sumamente interesada en aclarar que «el dinero no es mío. El dinero es de un amigo y lo que están publicando en absolutamente falso. No soy yo la propietaria de ese dinero. Todo esto me está acarreando consecuencias gravísimas con Hacienda».
Aída Nizar nos hace saber que existen dos denuncias: primero al responsable confeso del hurto, el jefe de mantenimiento del hotel. En segunda instancia, al propio Hotel Ziryab, demandado también por responsable subsidiario. Además, tanto la directora del hotel como la jefa de recepción serán llamadas como testigos en un juicio que tendrá lugar el próximo 16 de enero.
Pese a que en el auto de acusación la propiedad del dinero se atribuye al acompañante de Aída Nizar, la colaboradora de televisión ha considerado oportuno señalar, a través de ‘Cotilleo’, que ella no tiene absolutamente nada que ver con la fortuna sustraída: «¡Que no es mío, caray! Nos roban y encima tenemos que pagar las consecuencias: abogados, pagos de viajes, denuncias…».
La Fiscalía ha considerado que los actos ejecutados por parte del ya ex empleado pueden ser constitutivos de dos tipos de delito: en primer lugar, delito de apropiación indebida, por el que se solicita tres años de prisión, y una multa económica de 2.700 euros. Y en segundo lugar un delito de hurto, que además llevaría añadido el agravante de abuso de confianza. Por esta última infracción delictiva, la Fiscalía solicita dos años y seis meses de prisión.
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