El final precipitado de ‘Gran Hermano Revolution’ abre un debate que lleva años gestándose. ¿Estaremos asistiendo al final de la época dorada de los realities? Con demasiada telerealidad de ha eliminado la emoción de los primeros años, cuando los formatos nos sorprendían a todos, al estar ante algo nuevo y novedoso.
Las cifras hablan por sí solas: Ha habido un descenso significativo de la audiencia en este tipo de formatos. Analizamos las claves que nos han dejado los últimos días en los realities en España.
3El esperado regreso de Operación Triunfo
‘Operación triunfo’ ha vivido un cambio radical en comparación con ‘Gran Hermano’. El formato comenzó su andadura en TVE, pero tras una etapa en la que el esplendor de la primera edición no se repitió, se fue para Telecinco. Fue entonces cuando el formato cambió un poco de versión, y la emisión de lo que sucedía dentro de la Academia cogió casi más importancia que lo que sucedía sobre el escenario.
Gracias a esto, el formato pudo sobrevivir un poco más. Pero en el año 2011 sucedió lo inevitable. Tras un cambio de presentador, (al igual que en ‘Gran Hermano’), Pilar Rubio se puso al frente de la última y abrupta última edición. Con un 13,7% de cuota de pantalla, la cadena de Fuencarral consideró oportuno apagar las luces de la Academia definitivamente. Con una final extraña, más de la mitad de los concursantes, se despidió OT.
Sin embargo, este 2017 ha regresado a nuestras pantallas en TVE. Una edición que no está logrando el éxito que consiguió la primera en la que Rosa López se alzó con el premio, pero que está dándole muy buenos datos a TVE. Con más de dos millones de espectadores se cerraba la gala del pasado lunes. Un claro ejemplo de lo que puede hacer tener un formato en barbecho durante unos años.