El rapero Jay-Z ha abierto su corazón en una entrevista televisada para el prestigioso ‘The New York Times’. En una conversación íntima, el autor de 4:44 ha confesado haber atravesado por un momento de «supervivencia» en el que «cerró todas sus emociones: incluso con las mujeres, te cierras emocionalmente para no poder conectar».
«En mi caso, fue muy grave. Y desde ahí pasaron cosas: infidelidad», declaraba, sincero, el artista. «Comenzamos a usar nuestro arte como una sesión de terapia. Comenzamos a hacer música juntos. Y la música con la que estaba ella en ese momento estaba mucho más avanzada, así que su álbum salió antes en vez de publicar el álbum que estábamos haciendo juntos, pero seguimos teniendo mucha de esa música», aclarando, por fin, no solo los rumores de infidelidad sino también los comentarios sobre un álbum conjunto que los seguidores de la pareja deseaban con ansias.
«Nunca hubo un momento en el ella que dijera ‘Estoy haciendo este disco’, yo estuve ahí todo el tiempo«. El disco al que se refiere Jay-Z no es otro que LEMONADE: El 23 de abril de 2016, el mundo contenía el aliento cuando la diva de la música estrenaba LEMONADE, un álbum visual en el que se contaba una historia narrada de principio a fin a través de diferentes sentimientos pero siempre en torno a la infidelidad de su marido: intuición, negación, enfado, apatía, vacío, responsabilidad, reforma, perdón, resurección, esperanza y redención.
¿Era cierto lo que contaba o tan solo era marketing? Tal y como afirma hoy el propio empresario, LEMONADE era real. La infidelidad fue un hecho, tal cierto como que en estos días Beyoncé ha perdonado y olvidado todo el daño que su marido le causó. «Los dos estábamos muy, muy incómodos, estábamos sentados en medio del huracán, en medio del dolor. Tuvimos muchas conversaciones. Estaba muy orgulloso de la música que ella creó y viceversa. Al final tenemos un respeto muy sano por las creaciones del otro«, explica. La mayoría de la gente lo deja, el porcentaje de divorcio está en el cincuenta por ciento o así porque la gente no quiere verse a sí misma. Lo más difícil es ver el dolor que has causado en el rostro de la persona y entonces tener que lidiar contigo mismo«, concluye el productor musical.