La reina Letizia disfruta de su condición de consorte, un título que sabía que obtendría cuando conoció a un joven Príncipe Felipe. La realidad es que no estaba preparada para reinar en esos momentos, pero cual ave fénix cogió impulso, ganas y un gran esfuerzo desde el minuto uno para llegar hasta donde quería y, llegado el momento, se le exigiría: la Corona.
Pero, antes de llegar hasta donde hoy está, también tuvo que renunciar a gran parte de su vida pasada. Los sacrificios de Letizia le han llevado a enterrar a la joven periodista que hasta entonces aparecía en televisión para crear a una astuta reina.
3 El comienzo de una nueva vida
Los medios de comunicación no se hacen eco, pero desde que Letizia accedió al trono, sale más que nunca. Con discreción y sin levantar sospechas, cambia los tacones por los vaqueros y recorre sus exposiciones preferidas. Le apasiona el arte y la cultura, siempre que sus obligaciones lo permiten sale de palacio.
No sólo sale al cine cada mes con su marido, la vemos con un look informal o de concierto con sus amigas. Como cualquier mujer de su edad, tiene un gran interés por hacer crecer sus hobbies y ser el ejemplo que quieren sus hijas. Deben verla como la madre que es, más allá de la reina que demuestra ser.