No hay reto que se le resista a Mila Ximénez. Ni las cremas, ni las joyas, ni el salto de un helicóptero en una isla cualquiera de Honduras, ni más ocho años de inteligente show ‘batalleado’ dentro del programa ‘Sálvame’.
La periodista presentaba el pasado miércoles en el mítico Museo Chicote de Madrid su primera línea de joyas en colaboración con el diseñador Gustavo Marinado. Una colección de piedras preciosas inspiradas en los cuatro elementos: agua, fuego, tierra y aire. Lejos de destacar las capacidades de Mila para reencarnar los cuatro elementos concentrados en una misma persona, podríamos hablar de ella como algo superior: el quinto.
Un número ordinal que, además, parece perseguirla, pues es ella precisamente el miembro número cinco del equipo de ‘Sálvame’ responsable de brindar las campanadas de Fin de Año en Mediaset. Y se apunta otra victoria, otro motivo de júbilo y celebración: «Lo de las campanadas es mi broche final en televisión. Ya estoy más por mi empresa. Estoy feliz«, nos comentaba Mila en exclusiva para nuestras cámaras.
Su poder de convocatoria deja patente que la relación de la sevillana con los medios de comunicación ha sido siempre (y sigue siendo) exquisita. Por no hablar del apoyo de sus compañeros, quienes no dudaron en lanzarse directamente desde las instalaciones de Telecinco en Fuencarral a la Gran Vía de Madrid para acompañar, en este importante día, a una de las piezas clave del engranaje que conforma el universo ‘Sálvame’.
Belén Esteban, Terelu Campos, Kiko Hernández, Belén Rodríguez, Lydia Lozano y Gema López, entre otros, llegaron, posaron y apoyaron a Mila en una día mágico para ella: no solo por el arranque de su nueva aventura empresarial sino por la confirmación oficial de que en el balcón del hotel Europa de la Puerta del Sol de Madrid a quien quieren, como nosotros, es a ella.