El palacio de la Zarzuela ha sido la casa de la monarquía española desde que se instauró de nuevo después del Franquismo. Doña Sofía y don Juan Carlos llegaron con sus maletas en el año 1962. Las paredes de este edificio han asistido a todo tipo de situacions, problemas, capítulos familiares y, desde luego, han generado emociones continuas.
Es el lugar en el que han criado a sus tres hijos, han discutido, han llorado, reido y también peleado. Pero el recuerdo que impregnan sus paredes le han convertido en un edificio fantasmas.
5 Solo un despacho
Un palacio de cientos de metros cuadrados se ha quedado reducido a un simple despacho. Es el lugar en el que el rey Felipe VI trabaja cada día. Se desplaza a pie desde su residencia a 400 metros de la Zarzuela con sus empleados. El palacio de la Zarzuela tiene una cierta vida mientras hay actividad.
Pasado el horario laboral todo se queda a oscuras. Las puertas se cierran y nadie las ocupa. El personal de seguridad se encarga que nadie entre a la espera de que otra familia real pueda ocuparlo. Por el momento nada hará salir a Letizia del que es su hogar, la pequeña mansión en la que manda.