El palacio de la Zarzuela ha sido la casa de la monarquía española desde que se instauró de nuevo después del Franquismo. Doña Sofía y don Juan Carlos llegaron con sus maletas en el año 1962. Las paredes de este edificio han asistido a todo tipo de situacions, problemas, capítulos familiares y, desde luego, han generado emociones continuas.
Es el lugar en el que han criado a sus tres hijos, han discutido, han llorado, reido y también peleado. Pero el recuerdo que impregnan sus paredes le han convertido en un edificio fantasmas.
1 Elección personal
Juan Carlos y Sofía escogieron el palacio de la Zarzuela como su nido de amor. Se trataba de un edificio magnifico a las afueras de Madrid, muy bien comunicado. Les pareció perfecto para disfrutar de cierta intimidad y poder criar a sus tres hijos. Lejos del Palacio Real que se alzaba en la capital y que no traía demasiados buenos recuerdos.
Sencillo y con el suficiente espacio, llegaban a él con la esperanza de que se convirtiera en un nuevo palacio real. Nada más lejos de la realidad, hoy en día está prácticamente desocupado y solo se utiliza para las fotos de rigor. Felipe y Letizia no viven en él, decidieron crear su propio espacio personal.