El pasado 5 de octubre daba comienzo una nueva era en la vida de nuestros protagonistas: Shakira y Piqué. Fue el inicio del que está siendo un arduo lavado de imagen, para muchos, sin éxito. Y es que el mediático dúo llevaban meses sin dar muestras de cariño el uno por el otro en las redes sociales, sin que se les viera juntos, mucho menos besándose, en público y captado por las cámaras; mucho tiempo sin conceder entrevistas sobre sus vidas privadas y… en un corto período de tiempo, sin embargo, todo empieza a cambiar.
¿Por qué ahora? ¿Qué ha pasado estas semanas como para hacer cambiar el estilo de vida de una estrella mundial como ‘Shak’ y ‘obligarla’ a hablar de su vida privada? ¿Qué está pasando realmente en su vida para que cancele ‘in extremis’ su gira ‘El Dorado’ -que comenzaba el pasado 8 de noviembre en Colonia, Alemania-? ¿Dónde tiene Shakira sus propiedades tras filtrarse su nombre en los Paradise Papers?
La torre más alta del planeta (musicalmente hablando) podría desplomarse si la presión mediática pudiera con ella: Shakira.
4Su rentable vida junto a Piqué
Con más de 80 millones de discos vendidos -Live Nation la considera la artista más importante de su generación-, Shakira vive en un país en el que no tiene ni propiedades ni negocios, según los registros mercantiles y de la propiedad. Solo hay un Mebarak con pasado empresarial en España y no es ella, sino su hermana Lucila, quien hace unos años creó un negocio de venta de productos farmacéuticos pero lo cerró justo en 2010, cuando Shakira empezó su relación con Gerard Piqué. Nada queda de Lucimek SL y la hermana -por parte de padre, William Mebarak- de la cantante volvió a Colombia hace ya un tiempo.
La otra hermana que vivía en España lo sigue haciendo: Patricia Isabel es profesora en un colegio de niños con necesidades especiales y su marido, Javier Llovet, es taxista. Tal como informa ‘Vanitatis’, viven en una casa de 106 metros cuadrados cerca de un parque, en un bloque de cinco pisos con cuatro apartamentos por rellano en el que hay hasta 24 viviendas.
.
