Ana Boyer es la mejor de las creaciones de Isabel Preysler. El mérito no es solo suyo, en este caso forma parte del ADN de Miguel Boyer. Su madre le enseño a ponerse bien los Jimmy Choo, pero su padre fue el que la llevó a ocupar una silla en una de las mejores universidades de este país.
Ana Boyer es la que más títulos académicos acumula, de la mano de una inteligencia especial. Todos desparecerán para convertirse en mujer de y trofeo de tenis para su marido.
4 Sin el duelo de rigor
Ana y su madre se mueven entre varias sombras oscuras. Por un lado, la filipina no guardo el duelo de rigor necesario. Al morir su marido se lanzó a la caza del premio Nobel sin pensárselo dos veces. La biblioteca desde la que su marido firmaba decretos y estudiaba nuevas teorías económicas, la ocupó otro.
Con la silla caliente Ana tuvo que decir adiós a su padre y aceptar a un nuevo padrastro. Algo de lo que Preysler e hija deben todavía hablar. Eran mayores las ganas de seguir siendo protagonista que el amor por su familia. Una familia que con la llegada del tenista terminó de romperse.