Cuando Irina Shayk y Cristiano Ronaldo terminaron su noviazgo, se habló largo y tendido de la mala relación de la modelo rusa con la familia del portugués, especialmente con Dolores Aveiro, su madre, de la que se decía que intentaba controlar todo en la vida de su hijo, algo por lo que Irina no estaba dispuesta a pasar.
2Suegra y nuera ni se miran
Domingo, 20:45 horas. El Real Madrid se enfrenta al Eibar. Un partido al que no faltan los familiares de los jugadores madridistas. Entre ellos, la propia Georgina, además del hijo de Cristiano Ronaldo, su madre, Dolores Aveiro, y su hermana Elma. Todos ellos ocupaban el palco que el club pone a disposición del jugador portugués. Una zona privilegiada para ver el encuentro y, afortunadamente para ellas, muy grande, ya que Georgina no tuvo que compartir ni fila ni conversación con su suegra y su cuñada.
Vimos como el pequeño Cristiano trepaba fila a fila hasta sentarse al lado de su “madrastra”, a la que parecía interesarle más lo que pasaba en su teléfono móvil que en el terreno de juego. Georgina no se molestó en disimular su cara de aburrimiento, medio tumbada en su butaca y recostada en el respaldo, algo que se puede justificar por su embarazo, del que presumió con un ajustado vestido negro.
Efectivamente, mientras que madre y hermana observaban detenidamente el juego de la estrella de su familia, Georgina prestaba atención a su teléfono móvil. Y es que la novia del astro portugués se ha convertido en toda una influencer en las redes sociales a pesar del silencio impuesto que su pareja le infringe. 2 millones de seguidores en Instagram son testigos de los movimientos controlados de la joven de 22 años, embarazada ya de ocho meses.
En su primera y única entrevista en exclusiva, para la revista ‘¡HOLA!’, las preguntas fueron pactadas previamente y pasaron por el filtro y el ojo de Cristiano Ronaldo que no admitió ninguna personal sobre su relación de pareja.