A finales del pasado mes de agosto, el diario ‘El Español’ publicaba en exclusiva que Maite Zaldívar y su novio, Fernando Marcos, se embarcaban en una nueva aventura empresarial basada exclusivamente en la cocina.
La pareja, que ya lleva más de trece años junta, ha inaugurado un gastrobar en el mercado de abastos de Marbella, ciudad que dio la gloria y el infierno a la que fuese primera dama de la localidad más exclusiva de la Costa del Sol. ‘Cotilleo’ ha tenido acceso en exclusiva a las fotografías de Maite Zaldívar y su chico posando en su nuevo local en un día normal de trabajo.
5Maite vuelve a sus orígenes
Maite Zaldívar poseía un envidiable status social en la Marbella de finales de los 90, principios de los 2000. Su entonces marido trepó en el ámbito político y se metió en el bolsillo a gran parte del ayuntamiento y otra parte importante del pópulo autóctono. Un matrimonio que empezó de la nada, como bien ha relatado la propia Zaldívar en innumerables ocasiones. El claro ejemplo de que la vida es cíclica es que Maite ha vuelto a sus orígenes: un restaurante.
A principios de los 80, unos jóvenes e ilusionados Julián y Maite hacían su aparición (no tan) estelar en la glamourosa Marbella. Montaron un chiringuito con mucho éxito, algo que les dio el acceso a crear después un negocio con más consistencia y un poco más grande, un restaurante: Mayte I. Y del I, pasaron al II. Dos restaurantes bien organizados. Zaldívar se ocupada de la cocina y Muñoz, de recibir a los clientes, entre ellos, muchos políticos con los que hicieron buenas migas y quienes le dieron ciertas claves para llegar y conseguir finalmente su ambicioso objetivo común: el Ayuntamiento más poderoso de la Costa del Sol.