Aunque la familia Matamoros está en el punto de mira (ahora más que nunca) tras la precipitada salida del patriarca del clan, Kiko, de su programa habitual en televisión, ‘Sálvame’, y los problemas derivados por esta causa, sumados a otros varios que ya arrastraba, Laura M. Flores está feliz con su vida y sigue haciendo negocio y caja con su apellido, a pesar de que en su día renegó de él.
La finalista de ‘Supervivientes’ está embarazada de su primer hijo, fruto de su relación con el polémico cocinero Benji Aparicio, y, por lo que parece, prefiere hacer oídos sordos a los problemas en su familia y seguir su carrera profesional en solitario.
1Su momento más «dulce»
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