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domingo, 24 noviembre 2024

Tana Rivera: Espíritu y el legado de su abuela paterna, Carmina Ordóñez

A los pocos días de conocer a la nieta de Carmina Ordóñez, Cayetana, no podemos evitar sentir que la esencia de esta gran mujer vive a través de sus ojos. Carmina fue todo un símbolo de la alta sociedad española.

Una mujer que transmitió a sus hijos las ganas de vivir y de mostrar siempre una sonrisa. Repasamos hoy los inolvidables momentos que la Divina nos regaló a través de sus años.

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Una vida de exclusivas

La manera que tenía Carmina de ganarse el pan de cada día, fue un poco difícil de entender para su familia. Las exclusivas eran su fuente principal de ingresos. Vivir de vender su vida privada se convirtió en un negocio muy lucrativo. La separación de su marido y el posterior matrimonio de este con la Pantoja le dieron mucho juego.

Fue una forma de subsistir que le proporcionaba el estilo de vida que ella más quería. La plena libertad para hacer lo que le daba la gana. Carmina no estaba hecha para trabajar, prefería disfrutar de la vida. Parecía que fuera consciente de que no duraría mucho más que su eterna belleza.