Desde que Letizia Ortiz pusiera un pie en Zarzuela, los reyes de España, don Juan Carlos y doña Sofía, no tuvieron más remedio que comulgar con ruedas de molino y llevar a cabo un profundo ejercicio de reflexión para asumir que su hijo, el heredero de la Corona, se casaba con una divorciada, atea, y según algunos medios de comunicación a través de fuentes cercanas a la periodista, una republicana.
8Bolitas de anís y ensamaidas mallorquinas
Aquellos que conocen grosso modo el perfil de la reina Letizia, saben que una de sus máximas obsesiones es la estricta y saludable alimentación que lleva en su día a día. No solo ella, sino también sus hijas, a las que desde pequeñas ha prohibido consumir bollería industrial y azúcares en exceso. Se conoce que la abuela, doña Sofía, siempre lleva consigo los caramelos clásicos, que son pequeñas bolitas con sabor a anís.
Leonor y Sofía los aceptaban y los disfrutaban cuando eran más pequeñas. Pasado el tiempo, por expreso deseo de su madre, la Princesa de Asturias y la infanta Sofía ya rechazan los caramelitos que su abuela les repartía con ilusión. Un caso similar ocurrió con las ensamaidas de Mallorca en el verano de 2010. Según ‘El Español‘ «estaban los Reyes con sus hijas y doña Sofía en el Club Náutico, donde acababa de terminar una de las jornadas de competición de la Copa del Rey de Vela. En las mesas del bar había unas bandejas con las típicas ensaimadas mallorquinas. La Princesa de Asturias y su hermana no paraban de mirarlas, sabiendo que a Letizia no le iba a hacer ninguna gracia si se comían una (la Reina no da a sus hijas ningún tipo de bollo). Entonces doña Sofía le dio una a cada nieta y les dijo: “Comerlas fuera, que no se entere vuestra madre”.