Desde que Letizia Ortiz pusiera un pie en Zarzuela, los reyes de España, don Juan Carlos y doña Sofía, no tuvieron más remedio que comulgar con ruedas de molino y llevar a cabo un profundo ejercicio de reflexión para asumir que su hijo, el heredero de la Corona, se casaba con una divorciada, atea, y según algunos medios de comunicación a través de fuentes cercanas a la periodista, una republicana.
10Letizia y el mundo heleno
No hace falta ser un erudito ni un sabio en historia de la Monarquía Española para observar que la relación personal de la reina Letizia con la familia Borbón no es excesivamente fluida. No solo con los Borbones, sino tampoco con los Gómez-Acebo ni con los Zurita. El rey Felipe sigue haciendo acto de presencia en los eventos familiares mientras que Letizia, misteriosamente, decide dar un pasos atrás cuando llegan convocatorias a las que no tiene obligación de ir.
Con la familia de doña Sofía, tíos y primos de su marido, es incluso peor. Nulo e inexistente es el contacto entre ellos. De hecho, en 2014 se celebró en Atenas la celebración del cincuenta aniversario de la muerte del rey Pablo, padre de doña Sofía, acontecimiento al que Felipe y Letizia acudieron pero del que huyeron en cuanto encontraron la ocasión, sin quedarse en el posterior almuerzo familiar que se había preparado. Doña Sofía lo encontró una falta de respeto que sabía a la perfección que venía instigada por su nuera.