La infanta Elena no ha sido nunca una mujer demasiado hermosa. Tiene el rostro típico de la familia Borbón, siendo la que más se parece a su padre. Eso no le impide tener un largo historial de conquistas. De la misma forma que ha heredado las facciones puede que haya adquirido ese don para la seducción que tiene su progenitor.
Para poder casarse tuvo que contar con la aprobación de sus padres. Una tarea difícil por ser la mayor y el primer miembro de la casa real que contraía matrimonio. Se inclinaron por el más aristocrático y no les termino de salir bien. Quizá debería haber apuntado a alguno de estos…
1Su amor platónico Luis Astolfi
La infanta Elena es una gran amante de la hípica. Su deporte favorito y que practica desde pequeña, la he llevado a competir en varias ocasiones. En el hipódromo se establecen vínculos poderosos, difíciles de romper. La relación de un jinete con su caballo es realmente admirable y asombrosa.
A su gran amor lo conoció en el año 1984. Se trataba del jinete Luis Astolfi. Un hombre guapo y con un porte de cabalgador muy atractivo. Hacían una pareja un tanto extraña, pero durante dos años, la infanta fue la mujer más feliz del mundo. La relación se terminó cuando Luis le confesó que no estaba hecho para la vida pública.
Lástima que el amor durase poco, sería un placer ver a un hombre tan guapo en las revistas del corazón.