Desde que Jaime Rafael Ramos María de Marichalar y Sáenz de Tejada, más conocido como Jaime de Marichalar, se divorciara de la infanta Elena de Borbón en enero de 2010 dejando de ser así el miembro díscolo de la Casa Real española, su vida ha pasado a ser un auténtico remanso de paz. Atrás quedaron los escándalos. De hecho, nadie apostaba por su discreción. Los corrillos de la prensa rosa advertían de las posibles duras consecuencias de tener al yerno más indisciplinado lejos de la realeza… Pues ya lo advierte el dicho, «mantén a tus amigos cerca, pero a los enemigos más».
Diez años después de su comentado «cese temporal de la convivencia», la realidad es otra muy distinta a cómo la pintaban por entonces: descubrimos cómo es la verdadera, ejemplar y comedida vida de Jaime de Marichalar.
3Marichalar y la única e íntima «compañía de su entrenador personal»
«Para acceder a la zona de la laguna hay que esperar a un autobús que te lleva hasta allí. El precio de ida y vuelta son 1,20€. En la parada estaba Jaime de Marichalar, con una ropa, la verdad, muy poco adecuada para la ocasión, iba bien vestido, en su línea. Y le acompañaba un amigo más joven que él, fuerte de complexión, que debía de ser su entrenador personal.» Este es el testimonio y relato de la persona que fue testigo de cómo la actual vida de Jaime de Marichalar está basada es buscar la paz y la tranquilidad en la más estricta intimidad.
Pues tan sólo él y este amigo que, por la descripción que nos deja nuestra fuente, podría tratarse de una persona en la que Jaime confía plenamente para invertir sus jornadas de tranquilidad junto a él.