En 2004 María Teresa Campos rompía su relación laboral con Telecinco y esta circunstancia abría la caja de los truenos contra la presentadora malagueña. La entonces reina de las mañanas intentaba mantener su trono y ‘Aquí hay tomate’ emprendió por aquel entonces una campaña contra la comunicadora, siendo la cadena condenada a abonar 150.000 euros a su hija Terelu por haber emitido su famoso vídeo del «pim, pam» con Pipi Estrada. Pero la sentencia no se llegó a cumplir por el acuerdo entre la presentadora y la cadena. Terelu olvidaba tiempos pasados y fichaba por ‘Sálvame’, sentándose ante Jorge Javier Vázquez, al que le explicaría su punto de vista: «Soy cero rencorosa. Me gusta trabajar y necesito trabajar para vivir y para llenar mi espíritu. Mi madre me enseñó una cosa fundamental: no existe trabajo grande o pequeño, existe trabajo bien hecho o mal hecho (…) El Tomate me hizo mucho daño. Alguien encontró una buena plataforma para hacerme daño. Desintonicé Telecinco porque no podía vivir con eso».
Terelu estuvo durante varios años denunciando el estilo de ‘Aquí hay tomate’, en especial en un espacio de La Sexta llamado ‘La actualidad en 2D’. Pero la «hijísima» decidió volver a trabajar y exponer su vida privada en ‘Sálvame’. En julio dará un paso más y explicará sus relaciones sentimentales y sus alegrías y penas en el libro ‘Frente al espejo’, escrito al alimón junto a su compañero y ex novio Kike Calleja. En esta obra, prologada por Raphael y cuyos derechos de autor están íntegramente cedidos a la Asociación Española contra el Cáncer, Terelu volverá a airear sus trapos íntimos. Es cierto que la tertuliana siempre que ha explicado su vida privada lo ha hecho con cierta elegancia, pero el volantazo vital de sus últimos años recuerda al de otro personaje televisivo relacionado indirectamente con una de sus actuales compañeras.
Es María José Campanario, analizada morfopsicológicamente por esta semana en ‘Sálvame’ por Paloma Ramón, que sostiene que la odontóloga tiene «el ego expansivo». Recuerden que la mujer de Jesulín de Ubrique ha pasado en poco tiempo de pedir con uñas y dientes respeto y silencio sobre su intimidad a sobreexponerse en Instagram, red social en la que ha regalado a sus fans instantáneas en un hospital o diferentes fotografías sobre su vida privada. La diferencia entre Terelu y Campanario parece evidente: la primera tiene elevadas deudas que tiene que hacer frente y tras tanto tiempo sin trabajar como presentadora necesita ingresos extraordinarios, ya sea en un reality-show o con la portada de una revista del papel couché. La segunda parece que tiene una intención puramentente relacionada con su ego, ya que parece que en los últimos tiempos parece estar encantada de conocerse. En los últimos tiempos María José está en boca de todos por su relación con Belén Esteban, su última defensa de Andrea Janeiro o su pregunta a Carlota Corredera, a la que cuestionó por seguirle en Instagram. La gallega puntualizó que le sigue por puro interés profesional, y que si no le gusta la podría bloquear en vez de abrir un tema de debate que hasta Jesús Manuel Ruiz ve absurdo.