Eran las 21.00 de la noche del pasado sábado 17 de junio cuando se publicaba que el torero Iván Fandiño había muerto en la plaza de toros de Aire-Sur-L’Adour (Francia) tras recibir una fuerte cornada en el costado derecho cuando trataba de ejecutar un quite.
El matador, natural de Orduña (Vizcaya), que tenía 36 años de edad fue trasladado al hospital pero el equipo médico que lo ha intervenido de urgencia, finalmente no ha podido salvarle la vida.
Las últimas palabras del torero, que se enredó en su propio capote, fueron espeluznantes pues según testigos, fue el propio Fandiño quien dijo «llevadme deprisa al hospital, siento que me estoy muriendo».
9Un funeral íntimo
Según fuentes cercanas al torero, el funeral que tendrá lugar en Orduña este lunes 19 de junio a las 18.30 de la tarde «será como era él: sin hipocresía. Para unos estaba vetado, otros no lo ponían después de triunfar. Y ahora que si gran torero, gran persona…«. La cornada mortal que sufrió Fandiño el pasado sábado en una corrida al sur de Francia ha dejado conmocionado a todo el país.
Los cirujanos que intentaron salvarle la vida han hablado y el propio doctor Poirier ha afirmado que «el torero presentaba en el abdomen tres litros y medio de sangre negra, proveniente de las glándulas hepáticas, señal de que el hígado había reventado a causa de la cornada, que también rompió la vena cava, lo que le produjo en severo derrame interno».