Eran las 21.00 de la noche del pasado sábado 17 de junio cuando se publicaba que el torero Iván Fandiño había muerto en la plaza de toros de Aire-Sur-L’Adour (Francia) tras recibir una fuerte cornada en el costado derecho cuando trataba de ejecutar un quite.
El matador, natural de Orduña (Vizcaya), que tenía 36 años de edad fue trasladado al hospital pero el equipo médico que lo ha intervenido de urgencia, finalmente no ha podido salvarle la vida.
Las últimas palabras del torero, que se enredó en su propio capote, fueron espeluznantes pues según testigos, fue el propio Fandiño quien dijo «llevadme deprisa al hospital, siento que me estoy muriendo».
3La cara B de las redes sociales
Las redes sociales gozan de un poder tremendo. Es, sin lugar a dudas, la revolución dentro del mundo de la comunicación. Las noticias vuelan como lo pólvora, lo bueno y lo malo. Sin embargo, también vuelan los bulos y también se nutre de inevitable contenido negativo.
A menudo, las redes sociales son utilizadas por cierta parte de sus usuarios para canalizar su ira o su rabia respecto a un tema: insultos, amenazas de muerte y mensajes envenedados respecto a gente fallecida como ha sucedido con el caso de Iván Fandiño. Piden que la Fiscalía actúe de oficio contra personas que han posteado estos tuits en los que se mofaban de la muerte del torero:
https://twitter.com/Cactihater/status/876176836874698752
Ivan Fandiño buen torero mejor abono.
— FELIPE SUICIDATE (@txcmisantrophe) June 17, 2017
Menudo sistema hahaha me han borrado un tweet ya.
Pos lo repito: Ha muerto un ASESINO, que no se os olvide.— s'ahmau (@ElAntiToxicos) June 19, 2017