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domingo, 24 noviembre 2024

El cumpleaños más amargo de la Infanta Cristina: vive obligada en el exilio y el Rey no le dirige la palabra

La Infanta Cristina de Borbón y Grecia ha cumplido 52 años este pasado martes 13 de junio. Y parece un presagio aquello del martes y trece, pues la hija de los Reyes Eméritos no termina de levantar cabeza. 2017 ha sido un año fundamental en su vida ya que Cristina, por fin, puede respirar tranquila a pesar de los pesares. Salió inocente del caso Nóos, sin embargo, su marido, Iñaki Urdangarin fue condenado a 6 años y 3 meses de prisión por por prevaricación, fraude y dos delitos fiscales.

El cumpleaños más amargo de la Infanta Cristina: vive obligada en el exilio y el Rey no le dirige la palabra
Gtres

En un constante intento de tantear la situación, la Infanta ha dado varios viajes a España desde que en febrero fuese absuelta: el primero en Semana Santa a la localidad albaceteña de Retuerta del Bullaque. Después, a Madrid, lugar al que acudió con su marido, Iñaki Urdangarin pero no pasaron la noche en Zarzuela sino en casa del duque de Calabria.

El tercer viaje que en el que pudimos ver a la Infanta fue el que tuvo lugar el pasado 11 de mayo con motivo del funeral de la tía Alicia de Borbón-Parma, tía de su padre, el rey Juan Carlos. Fue precisamente en este acontecimiento donde Cristina, junto con su hermana Elena, coincidió con sus padres y con su hermano, el Rey Felipe, con quien vivió un incómodo momento que te desvelaremos en la siguiente página…

Cuentan que la infanta Cristina no paró de intentar buscar la mirada de los Reyes de España, su hermano Felipe y su cuñada Letizia, un gesto al que los jefes de Estado no dieron ninguna respuesta, al menos, públicamente. Muy diferente fue la mirada de las infantas Elena y Cristina cuando llegaron sus padres, los Reyes Eméritos, a los que les recibieron con una sonrisa. Las imágenes hablan por sí solas.

Y es que la relación del Rey Felipe con su hermana Cristina se rompió en cuanto el Rey Juan Carlos abdicó y los poderes llegaron al heredero directo. Felipe, en junio de 2015, precisamente en vísperas del cumpleaños de su hermana, le hizo el regalo más amargo: le arrebató el ducado de Palma, tanto a ella como a su marido, Iñaki Urdargarín. 

La responsabilidad del Rey Felipe como Jefe del Estado está por encima de sus sentimientos familiares y en respuesta a un país indignado, el monarca actuó en consecuencia, pero esta no es la única tristeza que amarga a la hija pequeña de doña Sofía… 

El cumpleaños más amargo de la Infanta Cristina: vive obligada en el exilio y el Rey no le dirige la palabra

Cristina de Borbón e Iñaki Urdangarin viven en Ginegra, en un exilio impuesto por Casa Real tras el escándalo público que azotó a Zarzuela, el caso Nóos, por el que el ex jugador de balonmano ha salido culpable. La sentencia de seis años y tres meses de prisión ha sido recurrido al Tribunal Supremo que, según los expertos, podría incluso ser ampliada en la condena.

Se estima que Iñaki, en los próximos años, ingrese en la prisión de Badajoz y tal como han publicado algunos medios, la hija de don Juan Carlos se mudará junto a sus cuatro hijos a Portugal para estar así cerca de su marido. En este sentido, la Infanta Cristina siempre ha dado prioridad a su vida personal que a su linaje y apellidos… Os ilustramos con varios ejemplos en los que Cristina pasó por alto e intentó hacer oídos sordos a su imputación judicial:

10 años. 10 años exactamente hace que saltó la liebre. La Infanta Cristina y su marido, Iñaki Urdangarín, estaban en el punto de mira de la justicia española por movimientos extraños en los que, lejos de vivir como una familia «normal» (dentro de lo normal que puedas ser teniendo en cuenta que eres Infanta de España), lo hacían en un palacete en el barrio más exclusivo de Barcelona, Pedralbes.

Un casoplón que había costado nada más y nada menos que 6 millones de euros más otros 2 ó 3 millones que había que añadir para reformarlo. Cuando los ex duques se casaron Iñaki ganaba unas 100.000 pesetas al mes como jugador de balonmano y la Infanta Cristina trabajaba en La Caixa en Barcelona. ¿Son trabajos para hacerse millonarios? ¿De dónde sacas pa’ tanto como destacas?

El cumpleaños más amargo de la Infanta Cristina: vive obligada en el exilio y el Rey no le dirige la palabra

El cumpleaños más amargo de la Infanta Cristina: vive obligada en el exilio y el Rey no le dirige la palabra

Una vez destapado el escándalo que involucraba a Iñaki Urdangarín en el entramado del caso Nóos, la Infanta Cristina y su marido, por órdenes directas de su padre, el rey Juan Carlos, pusieron rumbo a Suiza. ¿Por qué ese país?

«En Suiza hay poca prensa rosa y, además, no se admira a la nobleza. Es un país muy democrático. Los únicos reporteros que han perseguido a los duques de Palma son españoles», aclaraba Nicole Herzorg, suiza francófona y periodista retirada en España. Aún así, el matrimonio no fue bienvenido a Suiza. Se mudaron al barrio más caro y exclusivo de Ginebra y sus vecinos, que estaban acostumbrados a vivir tranquilos, se vieron cómo cada día, decenas de paparazzi se apostaba a las puertas de su residencia en la Rue des Granges, algo que sin duda no les hizo nada de gracia y por lo que además, manifestaron su molestia. A ella, plin.

El cumpleaños más amargo de la Infanta Cristina: vive obligada en el exilio y el Rey no le dirige la palabra

La Infanta Cristina e Iñaki Urdangarín, dentro de lo posible, han intentado hacer una vida normal a pesar de lo que se les venía encima. Padres de cuatro hijos, los pequeños, inocentes absolutos de todo lo que sus padres podrían haber hecho, también tenían derecho a unas vacaciones por lo que ni la Infanta ni Iñaki en ningún momento dudaron en desplazarse, en el que podía ser su último verano de libertad, a las tierras de él. Sus veranos solían ser en Palma de Mallorca.

Duques de Palma y con residencia en el precioso Palacio de Marivent, este verano de 2016 se basó exclusivamente en la escapada a Bidart, ciudad del País Vasco-Francés donde vive Claire Liebaert, madre de Iñaki.

El cumpleaños más amargo de la Infanta Cristina: vive obligada en el exilio y el Rey no le dirige la palabra

Corría el año 2013 y el matrimonio se enfrentaba a un año decisivo en el proceso de imputación relativo caso Nóos en el que ambos estaban envueltos. Entre tanto y tanto, decidieron hacer un viaje a la nieve, concretamente a Baqueira, el sitio favorito de la Casa Real para sus vacaciones de invierno.

Allí se hospedaron en en el chalé adosado de La Pleta, una de las propiedades que el Rey Emérito, don Juan Carlos de Borbón posee en el Valle de Arán y que, por supuesto, durante años, toda la familia compartió en perfecta armonía. Lejos de mantener la austeridad y el respeto que su hermano, el rey Felipe VI, le exigió, la Infanta hacía sordos y seguía su vida con total normalidad y algún que otro lujo. Claro que sí.

El cumpleaños más amargo de la Infanta Cristina: vive obligada en el exilio y el Rey no le dirige la palabra

Uno de los momentos definitorios en todo el proceso de investigación e imputación por el que han atravesado la Infanta Cristina y su marido, Iñaki Urdangarín fue el día en el que la hija del Rey Emérito tuvo que sentarse en el banquillo de los acusados.

El sindicato Manos Limpias pedía 8 años de prisión para Cristina Federica de Borbón y Grecia como colaboradora necesaria en dos delitos fiscales atribuidos a su marido. La justicia la llamó y Cristina acudió y no lo hizo de cualquier forma. Su bolso llamó la atención y el ojo crítico de quienes analizamos aquellas imágenes frame a frame pudimos descubrir que la hermana del Rey Felipe VI portaba un exclusivo y carísimo bolso de la firma Bottega Veneta valorado en 1350€.

El cumpleaños más amargo de la Infanta Cristina: vive obligada en el exilio y el Rey no le dirige la palabra

Tal y como publicaba la periodista Marina Pina en La Otra Crónica de El Mundo, la Infanta Cristina no solo acudía a los juzgados de Palma de Mallorca con un bolso valorado en 1350€ sino que además, portaba en su muñeca «un reloj modelo BR 123 Original Beige y, tal y como consta en la página web de la firma de relojería francesa, tiene un precio de venta de 2.100 euros. Doña Cristina comparte ese modelo con Don Felipe y con Doña Elena». 

La vestimenta es una forma de comunicación. No una forma simple sino una forma directa de explicar quién eres, cómo eres y qué quieres contar. Un abrigo con una manga 3 centímetros más corta de lo habitual y un reloj valorado en 2100€ para ir a los juzgados en los que tienes que aclarar que no eres culpable de un delito en el que se te acusa, presuntamente, de robar es algo muy grave.

El cumpleaños más amargo de la Infanta Cristina: vive obligada en el exilio y el Rey no le dirige la palabra

La última polémica en la que la Infanta Cristina se vio envuelta fue una desafortunada frase que profirió en los pasillos de los juzgados, justo antes de que el juicio quedase visto para sentencia. El periodista ESTEBAN URREIZTIETA escribía lo siguiente en El Mundo: «Después de 61 sesiones repartidas en 164 días de seis meses, entre el 11 de enero y el 22 de junio de este año, en las que midió cada una de sus palabras en privado, extremó la cortesía con el resto de imputados y no puso una mala cara a ninguno de los presentes, se sinceró delante de sus compañeros de banquillo. «Qué ganas tengo de que acabe esto para no volver a pisar este país«, confesó de viva voz Cristina de Borbón al quedar el juicio visto para sentencia, dando la sensación de que había esperado hasta el último suspiro para desahogarse.»

El cumpleaños más amargo de la Infanta Cristina: vive obligada en el exilio y el Rey no le dirige la palabra

Hay quien tiene la teoría que las Infantas Elena y Cristina fueron las principales valedoras de Letizia en Zarzuela. Ni el rey ni los que conformaban su círculo palaciego entonces, veían con buenos ojos la candidatura de la periodista para novia del heredero. Ni les gustaba su profesión, ni sus orígenes ni tampoco sus circunstancias personales. En los inicios de su matrimonio, los príncipes de Asturias frecuentaban a las infantas.

Sin embargo, un día, la hoy reina Letizia lo echó todo por la borda. Ocurrió durante uno de los bautizos reales. La infanta Cristina le pidió a su cuñada si podía alojar en su casoplón a algunos miembros de su familia política. La respuesta fue no. Cristina se lo comentó a Elena y ambas a don Felipe, de quien se supone medió. Sin embargo, Letizia se salió con la suya y sus cuñadas quedaron fuera del círculo más íntimo de los príncipes de Asturias.

El cumpleaños más amargo de la Infanta Cristina: vive obligada en el exilio y el Rey no le dirige la palabra

El pueblo español pedía a la Infanta Cristina que, tras ser imputada, renunciase al título de Infanta de España y por ende, a todos los derechos que como tal le correspondían. Ella se niega. El Rey Emérito don Juan Carlos, según cuentan, le pidió que se divorciase de ese hombre pero ella, pensando en sí misma y en sus cuatro hijos, decidió seguir adelante con su marido declarado oficialmente hoy delincuente.

En su boda con Iñaki Urdangarín, don Juan Carlos, el Rey por aquel entonces, le otorgó el título de Duquesa de Palma y a Iñaki Duque consorte. Dichos títulos fueron arrebatados por Rey Felipe VI en julio de 2015, seis meses después de que los imputasen oficialmente en el caso Nóos. Evidentemente es familia personal del Rey Felipe VI, su hermana para siempre, sin embargo, Felipe de Borbón hizo que su hermana Cristina dejase de formar parte de la familia real en los beneficios públicos de los que los Reyes de España gozan.