Hacía un año y medio que Felipe de Borbón no veía a su hermana pequeña, Cristina. Su último acto en común data del 12 de noviembre de 2015 en el funeral del infante Carlos de Borbón-Dos Sicilias, hijo de doña Alicia de Borbón-Parma, en el Monasterio de El Escorial. Precisamente ha sido en el funeral celebrado en la capilla del Palacio Real en memoria de doña Alicia de Borbón-Parma donde ha tenido lugar el primer encuentro de los hermanos tras la publicación de la sentencia del caso Nóos del pasado 17 de febrero en el que la infanta Cristina compareció como imputada y del que salió absuelta.
Todo lo contrario que su marido, Iñaki Urdangarin quien ha sido condenado a 6 años y 3 meses de prisión por prevaricación, fraude y dos delitos fiscales. A su llegada a la capilla del Palacio Real junto con su hermana Elena, Cristina se mostró seria, solemne, vestida de riguroso luto.
Cuentan que la infanta Cristina no paró de intentar buscar la mirada de los Reyes de España, su hermano Felipe y su cuñada Letizia, un gesto al que los jefes de Estado no dieron ninguna respuesta, al menos, públicamente. Muy diferente fue la mirada de las infantas Elena y Cristina cuando llegaron sus padres, los Reyes Eméritos, a los que les recibieron con una sonrisa. Las imágenes hablan por sí solas.